Actualmente el cambio climático es una realidad que debe ocuparnos a todos los habitantes del planeta, la tendencia de usar la verticalidad para aumentar las áreas verdes en las grandes ciudades se inserta justamente en este escenario.
Con pocos años en desarrollo, los beneficios que los jardines verticales tienen son inmediatos e impactan tanto en el medio ambiente como en la salud de las personas que los encuentran en su entorno pues además de generar oxígeno su presencia ayuda a combatir la contaminación sonora al ser aislantes del ruido, también contribuyen a controlar la temperatura al interior de los edificios en cuyas paredes cuelgan, repelen el polvo y representan un factor tranquilizante para la población ayudándoles a reducir su estrés.
En las grandes ciudades su instalación se traduce en aumentar la diversidad ecológica pues representan una oportunidad de introducir flora que hasta entonces no había sido parte de los centros urbanos, aunado a esto suelen atraer nueva fauna, sobre todo aves. Limpian el aire y pueden llegar a significar un buen método para filtrar el agua de lluvia y prevenir inundaciones.
Los muros verdes son un elemento que se suma al nuevo concepto de construcciones sustentables, compromiso que, según el portal inmobiliario Lamudi, se impulsa cada día más en el sector pues el desarrollo del mercado ha permitido que la sustentabilidad sea vista como un valor agregado que permite adoptar un estilo de vida más armonioso y próspero.
El futuro apunta a la creación de Ciudades Inteligentes a nivel mundial en donde las ecotecnologías se hayan vuelto parte de la cotidianidad, alrededor del mundo cada vez hay más ciudades que presentan proyectos de planeación urbana que van hacia esa dirección, París ya cuenta con un plan integral mientras que Río de Janeiro, Madrid y Buenos Aires cuentan con proyectos focalizados que se basan en aprovechar y cuidar al máximo los recursos naturales.
En México la idea de la sustentabilidad en las edificaciones se afianza cada día más, tanto gobierno federal como iniciativa privada y población van caminando hacia allá volviendo a la sustentabilidad en un requisito indispensable.
Las principales ciudades de la República Mexicana comienzan a presentar un paisaje distinto al gris, pues entre sus calles los muros verdes comienzan a surgir poniendo su granito de arena en la tarea de cuidar el planeta.
Innovadora como siempre, la Ciudad de México fue una de las primeras en presentar el verde como parte de sus muros, en 2012 fue inaugurado uno en las paredes exteriores de la prestigiada Universidad del Claustro de Sor Juana ubicada en la calle de Regina del Centro Histórico. El jardín vertical cubre una superficie de 400 metros cuadrados y en su momento representó el más grande de la ciudad.
Poco a poco la capital del país se ha ido vistiendo de verde y hoy se pueden encontrar jardines verticales en espacios públicos como las dos terminales de su aeropuerto y en estaciones de las Líneas 5 y 6 del Metrobús, además los hoteles Downtown y Four Seasons cuentan muros verdes igual que Park Plaza Santa Fe, un moderno desarrollo que incluye oficinas, restaurantes y comercios.
El edificio de la Concanaco muestra su muro compuesto por suculentas y arbustos que contribuyen a aislar el ruido del que está rodeado por estar ubicado en el ruidoso centro capitalino. El verde ha llegado hasta los supermercados, pues en la exclusiva zona de Polanco se ofrece a los compradores una nueva experiencia al ir a comprar sus alimentos.
Cambiando radicalmente de escenario, en Los Cabos, Baja California se puede encontrar otro de los jardines verticales más representativos del país. Se trata del que viste el Centro Internacional de Convenciones, inicialmente creado cuando se realizó la Cumbre del G20 en 2012 se trata del jardín vertical más grande de América Latina, el proyecto se extiende hacia el interior y está conformado por suculentas y especies arbustivas y selváticas. De hecho, el Centro fue construido bajo el pensamiento de integrar el diseño al entorno natural por lo que cuenta con un sistema de riego por goteo y uno de almacenamiento y cuidado energético.
De un extremo a otro de la República, varias son las ciudades que están adoptando este color y esta forma de vida en sus muros: Puebla, Veracruz, Durango, Guadalajara, Mérida y Nuevo León, por mencionar algunas presentan interesantes propuestas en fábricas, casas, corporativos e incluso en vías públicas.
En la ciudad de Celaya, Guanajuato el Conservatorio de Música y Arte se ha sumado a esta práctica igual que el hotel Hotsson de Querétaro, el Centro Histórico de Irapuato y el Centro Comunitario de San Miguel de Allende. Ejemplos de lo que parece ser una forma de vivir la ciudad que ha llegado para quedarse.